Sofía está aprendiendo a pedalear, pero, como es una valiente, ya tiene mucho rodado, incluso más de lo que ella cree... Seguramente la felicidad es esa gran sonrisa de niña que reconquista el mundo a cada pedalada, o al menos para mí lo es. Porque dos ruedas pueden cambiar muchas cosas y aquí tengo la prueba definitiva:
¡Hay tanto camino por recorrer con ellas!... Bienvenida al resto de tu vida, valiente.
¿No es lo más precioso que habéis visto en mucho tiempo?
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